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NUESTRA HISTORIA

Hace más de 20 años, Enrique dejó su hogar en Suiza con una mochila llena de sueños, una bicicleta y una gran pasión por descubrir el mundo. Recorrió caminos, cruzó montañas y conoció culturas… hasta que llegó a Huaraz.

Fue aquí, entre los imponentes Andes y la calidez de su gente, donde Enrique sintió algo distinto. No era solo un lugar en el mapa… era un sentimiento. Como si el corazón de los Alpes se hubiera encontrado con el alma de los Andes. Y así nació El Tío Enrique: un restaurante hecho con amor, raíces y muchas historias por compartir.

Desde entonces, este espacio se ha convertido en un refugio para los exploradores de la vida: viajeros, familias, amigos y amantes de la buena comida que no buscan solo alimentarse… sino conectar, disfrutar y crear recuerdos que duran para siempre.

En cada plato hay una mezcla de culturas, un guiño a la tradición suiza con el alma peruana. Chorizos artesanales, bifes jugosos, ingredientes frescos y una selección de cervezas que invitan a quedarse un rato más.

Pero El Tío Enrique es más que su carta. Es el calor de un hogar lejos de casa. Es esa mesa que te espera con una sonrisa. Es la historia de Enrique, sí, pero también la tuya, la de todos los que creen que la vida se trata de saborear cada momento.

Aquí celebramos la autenticidad, la sostenibilidad, la aventura y, sobre todo, la calidez humana. Porque cuando entras por esa puerta, no eres un cliente. Eres parte de la familia.

Bienvenido a El Tío Enrique.
Donde cada comida cuenta una historia. Y la tuya, apenas comienza.

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"Comida que te hace bien y te hace feliz."

NEIL, OWNER

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